AUTOS CLÁSICOS
DODGE 1979 LI'L RED EXPRESS
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En una época donde los muscle cars estaban en peligro de extinción debido a los embargos petroleros y las nuevas regulaciones de emisiones, Dodge encontró una forma creativa de mantenerse en el juego. La solución fue una camioneta única: la Dodge Li’l Red Express Truck de 1979. Diseñada como un “lobo con piel de oveja”, esta pick-up fue el respiro que los entusiastas necesitaban cuando los motores potentes parecían ser cosa del pasado.
Presentada por primera vez en 1978, la Li’l Red Express llamó la atención por su diseño atrevido y sus características únicas. Desde fábrica, venía con chimeneas cromadas como escape, paneles de madera real en los costados y calcomanías doradas que gritaban “hot rod”. Fue el ingeniero Tom Hoover quien le dio el apodo de “el último hot rod estadounidense”, y no estaba equivocado.
Esta pick-up se diseñó para evitar algunas de las regulaciones de emisiones, lo que le permitió llevar un motor más potente. Con un precio inicial de 7,000 dólares en su época —cuando un Corvette costaba alrededor de 9,500 dólares—, fue un éxito inmediato. Dodge vendió 2,200 unidades en 1978 y, ante la alta demanda, produjo otras 5,118 unidades en 1979, alcanzando un total de 7,306 unidades fabricadas en solo dos años.
Lo que hacía especial a la Li’l Red Express no era solo su apariencia, sino su capacidad de rendimiento. A pesar de ser una pick-up, fue diseñada para emocionar como un muscle car. Bajo el capó, llevaba un motor V8 de 5.4 litros, apodado el 360 Express, que producía 228 caballos de fuerza y 400 Nm de torque. Con una transmisión 727 LoadFlite de 3 velocidades y un diferencial de deslizamiento limitado “Sure Grip”, esta camioneta era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 6.7 segundos, dejando atrás a rivales como el Corvette y el Trans Am de la época.
Su estilo era llamativo pero no exagerado. La parrilla hexagonal con detalles rojos, los rines cromados de 15 pulgadas y la suspensión rebajada le daban una postura agresiva. La batea tenía refuerzos de madera y una calcomanía distintiva que decía “Li’l Red Truck”. Además, sus escapes verticales cromados eran una especie de burla a las regulaciones, dándole ese toque rebelde que tanto amaban los fanáticos.
Por dentro, el interior era funcional pero emocionante. Se podían instalar asientos individuales en lugar del asiento corrido tradicional. El volante era más pequeño que el de otras pick-ups, y el tablero estaba diseñado para que el conductor tuviera toda la información a la vista rápidamente. Era un espacio pensado para los amantes de la velocidad y la adrenalina.
La Li’l Red Express fue una rareza en su época, una camioneta que combinaba el espíritu de los muscle cars con la utilidad de una pick-up. Su legado vive en modelos actuales como la Ram SRT-10, la Ford Lightning y la Ram TRX. Puede parecer un juguete, pero su potencia, su diseño único y su carácter inconfundible la convierten en una leyenda. Es una camioneta innecesariamente necesaria que sacia el sueño de cualquier niño y de muchos adultos también.